La película narra la historia de Aranzazu (interpretada por Carolina Yuste), quien logra infiltrarse en la organización ETA mudándose al mismo departamento que dos de sus miembros, con el objetivo de ganar su confianza y vigilar sus movimientos. La directora Arantxa Echevarría, inspirada por referentes como ‘Contacto en Francia’ (1971) y ‘La conversación’ (1974), construye un thriller en el que el suspenso se genera desde la tensión psicológica y la amenaza latente de ser descubierta, en lugar de recurrir a la acción convencional.
Basado en hechos reales, el filme recoge la experiencia de Aranzazu Berradre Marín, quien en 1992 llegó a Donostia y tardó cinco años en penetrar en la ETA, desempeñando un papel clave durante la decadencia de la organización. La investigación se alimentó de informes y testimonios recogidos por el periodista Pablo Muñoz, que permitieron reconstituir con precisión una de las infiltraciones más largas en la historia de España.
Echevarría destaca que la tensión emocional y la sensación constante de peligro fueron retos esenciales para lograr que el espectador se identificara plenamente con la protagonista, quien debía ocultar sus verdaderos sentimientos y mantener su misión en secreto. En conversaciones, la directora subrayó la diferencia de enfoque entre los thrillers tradicionales, usualmente llenos de acción, y la sutileza expresiva que ella quiso plasmar en la película.
El éxito del largometraje es notorio: en octubre de 2024, La Infiltrada atrajo a más de un millón y medio de espectadores en España y fue reconocido en los Premios Goya con galardones a Mejor Película (compartido con El 47) y Mejor Actriz. Además, la cinta se convirtió en uno de los grandes estrenos de la segunda parte del año y ha generado una reflexión sobre la manera en que se aborda el pasado reciente del país.
La directora, quien también enfrentó episodios difíciles en su juventud marcados por la tensión social en Bilbao y Madrid, apunta a que la transformación social que se inició tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco permitió que se abriera el diálogo y se recordara de forma consciente la historia del terrorismo en el País Vasco. Paralelamente, Echevarría comenta con entusiasmo sus nuevos proyectos, que incluyen una comedia negra y una cinta sobre Salvador Allende en Vietnam, demostrando su afán por explorar distintos géneros y formatos.
Finalmente, tanto la realizadora como Carolina Yuste han expresado su interés por conocer en algún momento la opinión de la verdadera Aranzazu, cuyo legado quedó hasta ahora en el anonimato. De igual forma, la cineasta se muestra abierta a incorporar nuevos formatos como el streaming, siempre y cuando se preserve el estreno ineludible en salas de cine, reafirmando así su compromiso de generar propuestas artísticas que, sin duda, seguirán marcando tendencia en el panorama cinematográfico español.
Autor: Roberto Sánchez