El miércoles pasado se dio a conocer ante el Senado francés una investigación que se inició luego del impacto robo ocurrido el 19 de octubre en el Louvre. El informe destaca que los perpetradores se llevaron joyas de la corona, valoradas en más de 100 millones de dólares, y lograron evadir a las autoridades con un margen de tan solo 30 segundos, atribuible a fallos evitables en la seguridad del museo parisino. La pesquisa reveló que únicamente una de las dos cámaras de vigilancia operaba en la zona del atraco, mientras que la central de seguridad carecía de suficientes monitores para una observación en tiempo real. Además, la inadecuada coordinación provocó que la policía fuera enviada inicialmente al sitio equivocado. Laurent Lafon, presidente del comité, calificó la situación como un grave fracaso tanto del museo como de sus organismos supervisorios en el manejo de la seguridad. Por su parte, Noël Corbin, jefe de la investigación, destacó que con 30 segundos adicionales, las fuerzas de Securitas y la policía podrían haber impedido la fuga de los delincuentes. El estudio también puso en evidencia el uso de equipos obsoletos, vulnerabilidades previamente detectadas y una falta de reforzamiento en puntos críticos, como un balcón que había sido señalado por expertos años atrás. Estos hallazgos intensifican la presión sobre Laurence des Cars, directora del Louvre, quien será interrogada en los próximos días. Mientras tanto, se logró arrestar a los cuatro miembros presuntamente involucrados del grupo de motociclistas, aunque las joyas desaparecidas, con un valor aproximado de 102 millones de dólares, aún no han sido recuperadas.
Autor: Roberto Sánchez